Archivo mensual: mayo 2013

Cristobal de Molina y su Relación de fábulas y ritos de los incas

Cristóbal de Molina el Cuzqueño fue un sacerdote español que vivió en el Cuzco durante el siglo XVI. Ahí por encargo de Sebastián de Lartaún, obispo de dicha ciudad, escribió su Relación de fábulas y ritos de los incas, el único de sus escritos que se conserva. Antes de ella, había escrito una Historia de los incas, también por encargo del obispo Lartaún, la que actualmente está perdida.

La Relación de Molina debe entenderse en el contexto de las Informaciones del virrey Francisco de Toledo. En 1570 Toledo inició su visita por las provincias del Perú, con el fin de recolectar toda la información posible sobre la historia de los incas. Los objetivos de dichas Informaciones eran demostrar la legitimidad del dominio de Felipe II sobre los territorios americanos, organizar la administración virreinal y afianzar la expansión del catolicismo. Cuando un año después llegó a Cuzco, el virrey reclutó a Molina. Su interés en el cura se debió no solo a que este dominaba el quechua, sino también a que acompañó a Túpac Amaru en sus últimos momentos.

Molina ganó su fama de “lenguaraz” y de conocedor de la cultura inca gracias a que fue párroco del Hospital de Naturales del Cuzco y a su participación en las encuestas toledanas. Mantuvo esta reputación durante los siguientes años y ganó credibilidad entre los cronistas posteriores. Uno de sus lectores fue el extirpador de idolatrías Francisco de Ávila, quien encargó una copia de la Relación, la que se conserva en la Biblioteca Nacional de España.

Cuando Lartaún llegó a Cuzco en 1573, encargó al sacerdote la redacción de la Historia, pues el obispo estaba interesado en conocer la historia de los incas y requería informarse del estado de la evangelización. Aunque no se conocen las razones precisas para que encargase la Relación, lo más probable es que quisiera conocer las costumbres religiosas incas con el fin de realizar una labor de evangelización más efectiva, pues el movimiento idolátrico Taqui Onqoy había demostrado que la colonización no había conseguido los resultados esperados.

La Relación ha sido editada en más de una ocasión. En 2010 apareció en la colección Parecos y Australes de la editorial Iberoamericana, junto con un conjunto de valiosos estudios sobre la misma.

Relación de fábulas y ritos de los incas

Cristóbal de Molina el Cuzqueño war ein spanischer Priester, der während des sechzehnten Jahrhunderts in Cuzco lebte. Dort schrieb er im Auftrag von Sebastián de Lartaún, Bischof der genannten Stadt, seinen Bericht über Fabeln und Riten der Inka, die einzige seiner bis heute erhaltenen Schriften. Bevor er diese Chronik schrieb, hatte er, ebenfalls im Auftrag von Bischof Lartaún, eine Geschichte der Inka verfasst, die verloren ist.

Der Bericht von Molina muss im Kontext der Berichte von Vizekönig Francisco de Toledo gesehen werden. 1570 begann Toledo seinen Besuch der Provinzen von Peru, um alle möglichen Informationen über die Geschichte der Inka zu sammeln. Die Ziele der genannten Berichte waren, die Legitimität der Herrschaft von Philipp II. über die amerikanischen Territorien zu demonstrieren, die vizekönigliche Verwaltung zu organisieren und die Expansion des Katholizismus zu bestärken. Als er ein Jahr später nach Cuzco kam, rekrutierte der Vizekönig Molina. Sein Interesse für den Priester ist nicht nur darauf zurückzuführen, dass Molina Quechua beherrschte, sondern auch darauf, dass dieser Tupac Amaru bei seinen letzten Atemzügen begleitete.

Dank seiner Tätigkeit als Gemeindepfarrer des Krankenhauses der Indianer von Cuzco und seiner Teilnahme an den Forschungen von Toledo, machte sich Molina einen Namen als guter Kenner des Quechua und der inkaischen Kultur. Während der nächsten Jahre behielt er seinen guten Ruf und gewann an Glaubwürdigkeit bei späteren Chronisten. Einer seiner Leser war der „Ausrotter“ des Götzendienstes Francisco de Ávila, der befahl, eine Kopie des Berichtes anzufertigen, die in der spanischen Nationalbibliothek aufbewahrt wird.

Lartaún gab, als er 1573 nach Cuzco kam, dem Priester den Auftrag, den Bericht und die Geschichte zu schreiben, denn der Bischof war daran interessiert, die Geschichte der Inka kennenzulernen und musste sich über den Stand der Evangelisierung informieren. Auch wenn die genauen Gründe, aus denen Lartaún den Bericht beauftragte, nicht bekannt sind; am wahrscheinlichsten ist, dass er die inkaischen religiösen Sitten kennenlernen wollte, um die Evangelisierung effektiver zu gestalten, denn die abgöttische Bewegung Taqui Onqoy hatte gezeigt, dass die Kolonisierung nicht die erwarteten Ergebnisse erreicht hatte.

Der Bericht wurde mehrfach verlegt. 2010 erschien er, ergänzt durch eine Anzahl von wertvollen Studien, in der Sammlung Parecos y Australes vom Verlag Iberoamericana.

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