El trabajo en redes no es una novedad del anterior siglo, sino solamente ha sido potenciado por el desarrollo tecnológico de las comunicaciones. Buenos ejemplos de redes de “pluma y tinta” fueron las organizadas por los hermanos Grimm en la Alemania del siglo XIX, las cuales les permitieron llevar a cabo trabajos de gran envergadura como su colección de Cuentos de hadas y su Diccionario de la lengua alemana. (Traducción de “Facebook mit Feder und Tinte – die sozialen Netzwerke der Brüder Grimm”, en: Sabine Krome et al. (Ed.): Die Brüder Grimm. Pioniere deutscher Sprachkultur des 21. Jahrhunderts, Gütersloh/München: Brockhaus, 2013, pp. 32-35)
Los hermanos Grimm fueron aplicadísimos intelectuales. Pero sin los muchos simpatizantes y socios que apoyaron su trabajo probablemente no habría sido posible su gigantesca obra de toda una vida. Las más de 20 000 cartas conservadas de su correspondencia con familiares, amigos, intelectuales y políticos muestran sobre todo que los hermanos Grimm no solo fueron investigadores de alto rango, sino también geniales “trabajadores en red”.
Para los Grimm la más importante red de trabajo fue la familia. Debido a la muy temprana muerte de su padre (1796) y la inesperada muerte de su madre (1808) habían dependido los seis hermanos de su mutuo apoyo y colaboración. Como cabeza de familia, Jacob se sentía responsable por los más jóvenes de sus hermanos y así dedicó su tiempo, el que con mucho gusto hubiese pasado investigando, una y otra vez a un trabajo para asegurarles el pan. Esto llegó tan lejos que, después del matrimonio de Wilhelm, Jacob también se quedó con la familia de su hermano. Hasta las cartas, que Jacob escribió a su hermano, fueron dirigidas a Dorothea Grimm (la esposa de Wilhelm), la que las leía después en el círculo familiar.
Redes para las crisis
Las redes de familiares, amigos o científicos estuvieron siempre disponibles y en funcionamiento cuando los hermanos Grimm tuvieron apuros. Después de la muerte de su padre les ayudó la hermana de su madre Henriette Philippine Zimmer, que como dama de la corte de la princesa Caroline de Hessen vivió en Kassel. A su apoyo debieron Jacob y Wilhelm una adecuada formación escolar. Su conexión amical con la corte del príncipe pudo ser la principal responsable de que Jacob pudiese recibir una posición en el Colegio de Guerra de Kassel sin tener un título universitario. Cuando esta posición fue poco tiempo después revocada por el establecimiento del Reino de Westfalia, Achim von Arnim facilitó un puesto a Jacob en la biblioteca privada del rey Jerome[1]. Al volverse insoportables las condiciones en Kassel para los hermanos Grimm, su compañero de investigaciones y, durante largo tiempo, amigo por correspondencia Benecke se hizo presente desde Göttingen y les facilitó a ambos un nombramiento en su universidad. Y también su llamamiento a Berlín fue impulsado por la concurrencia de su maestro Savigny y (todavía más apasionadamente) de Bettina von Arnim.
Una red de románticos
Una muy importante red para los Grimm surgió en Marburg, donde por medio de su maestro y amigo Friedrich Carl von Savigny conocieron al círculo de románticos de Heidelberg: Achim von Arnim, Clemens y Bettina Brentano. El aprecio y la colección de las tradiciones populares en este círculo dieron a los Grimm el impulso decisivo para su tarea de recopilación, sin el que la edición de los Cuentos de hadas no hubiese sido posible. En Kassel los hermanos organizaron una sociedad de lectores, en la que junto a familias amigas también tomaron parte quienes les habían proporcionado cuentos: las hermanas Wild, los Hassenpflug o las hermanas Ramus, hijas del predicador del barrio francés, las que se pusieron en contacto con la “dama de los cuentos” Dorothea Viehmann. En este círculo de amigos también se forjaron vínculos familiares: Lotte se casó con Ludwig Hassenpflug, Wilhelm con Dortchen Wild.
Redes políticas
Las redes de los Grimm se basaron en gran parte en relaciones amicales o en contacto por correspondencia con amigos, parientes o colegas. Sin embargo estos supuestos pequeños círculos no solo tuvieron un lado privado. En un tiempo en el que todavía no había partidos políticos, en el que las declaraciones públicas en la prensa o las actividades en asociaciones estaban amenazadas por la censura y la represión estatal, pudo surgir de tantos íntimos e informales círculos de ciudadanos liberales una muy eficaz oposición.
Los conocidos 7 de Göttingen, que se opusieron a la abierta infracción constitucional del rey Ernst August de Hannover, eran en el fondo un grupo de amigos compuesto por el historiador y politólogo Friedrich Christoph Dahlmann, los hermanos Grimm y el filólogo Gottfried Gervinus. La acción de protesta de los intelectuales puso en marcha, increíblemente rápido, más acciones de otras redes. La carta de protesta que Gervinus había confiado a un amigo intelectual fue copiada en pocas horas por estudiantes, circuló días después en miles de copias en todos los estados alemanes e incluso en el extranjero, y alcanzó de esta forma una enorme repercusión y carácter público en la prensa, lo cual también redundó en el compromiso político de los hermanos Grimm.
Una red de investigadores
Después de años política y laboralmente movidos, en 1815 siguió una fase más tranquila en la vida de los hermanos Grimm, en la que, como bibliotecarios del príncipe, pudieron emplear mucho tiempo en sus investigaciones. También es el tiempo en el que mantuvieron extensas correspondencias con sus colegas estudiosos, que hicieron que Jacob dejase de lado a sus otros contactos. Sus cartas son “Trabajar, preguntar y responder a lo que se estudia en el momento”[2], las que por ejemplo intercambió con Georg Friedrich Benecke en Göttingen, Karl Lachmann en Königsberg y Karl Hartwig Gregor de Meusebach. Para conseguir antiguos o raros manuscritos, los hermanos mantuvieron también correspondencia con el algo sospechoso Ferdinand Glöckle, quien tenía acceso privilegiado a los manuscritos vaticanos, los que de otra forma se hubiesen mantenido inaccesibles para ellos. Como contraparte, Jacob estuvo preparado para entregar su conocimiento y responder a las preguntas que le planteaban conocidos, pero también investigadores extraños.
Jacob consiguió la obra maestra de la red funcional de colaboradores cuando organizó la selección de obras literarias para su Diccionario de la lengua alemana. Más de 80 colaboradores, “a los que los hermanos Grimm habían encargado la colección de palabras y de textos o los que ofrecieron estas por su propia voluntad y según su propia selección”[3], compilaron 600 000 fuentes y extractos de libros. Gracias a esto, los Grimm habían conseguido las bases materiales para el más amplio diccionario del mundo.
De este modo, con sus numerosos contactos y conexiones en los más diferentes niveles y campos, los hermanos Grimm produjeron una de las más grandes redes intelectuales, sociales y políticas de su tiempo, la que solo por muy poco se queda a la zaga de las grandes y modernas redes de información y conocimiento.
[1] Cartas de los hermanos Grimm a Savigny: Ed. Ingeborg Schnack y Wilhelm Schoof, Berlín/Bielefeld, 1953, p. 56.
[2] Cartas de los hermanos Grimm a Savigny, p. 296.
[3] Jacob y Wilhelm Grimm: Diccionario de la lengua alemana, Leipzig: Hirzel, 1854, Vol. 1, Col. LXVL.
Traducción de “Facebook mit Feder und Tinte – die sozialen Netzwerke der Brüder Grimm”, en: Sabine Krome et al. (eds.): Die Brüder Grimm. Pioniere deutscher Sprachkultur des 21. Jahrhunderts, Gütersloh/München: Brockhaus, 2013, pp. 32-35.