Además de Urszula Aszyk, otras hispanistas polacas han abordado la relación de Calderón con el Perú en dos trabajos incluidos en el volumen: La cultura del barroco español e iberoamericano y su contexto europeo (ed. K. Sabik y K. Kumor, Varsovia, Universidad de Varsovia, 2010). En la presente entrada, me referiré al de Beata Baczyńska.
La calderonista en «La huella peruana de La iglesia sitiada, un auto sacramental atribuido a Calderón (BNE Ms. 17221)» (pp. 111-117) aborda el mencionado testimonio, el cual, como ya había señalado en su edición del auto (Kassel, Reichenberger, 2009), presenta lecturas que remiten al Perú. La iglesia sitiada, cuya atribución al poeta fue cuestionada por Wilson y Parker, es un auto breve (1307 versos) e historial:
alude de una manera directa al saqueo de Tirlemont, en la actualidad Tienen (Bélgica), que tuvo lugar el 9 de junio de 1635 cuando las tropas francesas y holandesas entraron en aquella villa flamenca, cometieron todo tipo de violencias contra la población civil y profanaron los lugares de culto.
En el mencionado manuscrito se reemplazan «a España» (v. 835) y «las dos Panonias[1] y España» (v. 867) por «al Perú» y «los Reyes de España», entre otras variantes y omisiones que muestran la adecuación del auto para alguna compañía teatral que actuaba en América. En tal sentido, esta refundición habría obedecido a la situación del puerto de la capital del virreinato peruano:
En Lima, cuyo puerto Callao era una presa apetecible para corsarios y piratas del Pacífico, el planteamiento alegórico de este auto pudo tener un especial atractivo.
Intuición que es confirmada por la presencia del título del auto en el poema El infeliz más feliz del jesuita Miguel Carreño[2], en el que, por su peculiar composición, se reproduce una lista de comedias y autos representados en Lima:
La indómita, serpentina
naturaleza intratable
no la hace comunicable
toda La escuela divina,
su dureza diamantina
ahora con la excomunión
es proterva obstinación
que con fuego infernal le abrasa
por más que ofrezca en su casa
A María el corazón.
Que le importaba a la extensa
cortesana hipocresía,
con que adora de María
la Congregación, si interna
impiedad lo desgobierna
al tener tan ultrajada
la Iglesia, que es la morada
donde asisten Madre e hijo
ha hecho ya dictamen fijo
de ver La iglesia sitiada.
[1] Baczyńska explica: «Panonia Superior y Panonia inferior, provincias romanas en la cuenca del Danubio, aquí el Imperio de Austria».
[2] Confirmación conseguida, como la calderonista señala, gracias a José Antonio Rodríguez Garrido de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Por mi parte, agradezco a Baczyńska el haber compartido conmigo una copia de este artículo en el Hispanistentag de Passau (2011).